martes, 10 de mayo de 2011

EL MENSAJE


Daba vueltas en la cama sin poder dormir, él sabía que llevaba mas de una hora así, pero no lograba dormir. Desde que sintió que se estaba enamorando de ella no podía dormir bien. Todas las noches cenaba en silencio, era una casa grande para el solo, pero siempre le ha gustado la soledad, ya no confiaba en sus amigos y la familia estaba lejos. Para el las cosas son mejores en soledad, incluso el amor. Mientras cenaba escuchaba el radio, la música a todo volumen para no pensar en ella, tenía miedo de enamorarse, usaba la música para no pensar en ella, pero luego la música se convertía en la voz de ella, todo le recordaba a ella, los miércoles, la radio, las estrellas, las hormigas, las antenas, todo. Le dio miedo el amor. Le dio miedo enamorarse de ella. Antes, siempre que se enamoraba las cosas salían mal, siempre salen mal cuando alguien se enamora. Él no quería que las cosas salieran mal con ella, ella era tan bonita, ella es tan bonita.

El amor lo volvía paranoico, dejaba de confiar en la gente, dejaba de confiar en él y era cuando todo se jodía. Él no quería que pasara lo mismo que le había pasado con las otras. Todas las noches, ya desnudo sobre la cama y con los ojos cerrados pensando en ella, trataba de escribir un mensaje de texto en el celular para enviárselo a ella. Trataba. Pensaba en cual sería el mejor mensaje, que le gustaría a ella, como la podría enamorar. Escribía algo y no lo enviaba, los mejores mensajes son los que los pensaba, los que se daba el gusto de corregirlos mas tarde. Escribía uno y lo guardaba como borrador, después trataba de dormir y se le ocurría otro, lo escribía y lo guardaba como borrador, había noches que le escribía seis mensajes, por eso no podía dormir.

En la mañana leía sus creaciones, elegía el mejor mensaje, lo corregía y se lo enviaba a ella. Siempre dudaba después de enviarlo. ¿y si era muy cursi? ¿y si era muy pretensioso? ¿y si era muy tonto? El amor lo ponía paranoico, volvía a leer el mensaje enviado, siempre había algo que corregirle, ¿y si ella no responde? Desayunaba con la música a todo volumen, otra vez para no pensar en ella, pero no dejaba de hacerlo, sufría con la música, con el amor a ella, el no se quería enamorar, no quería echar a perder las cosas.

A veces ella contestaba a los cinco minutos, otras veces se tardaba mas de una hora, otras no había respuesta de ella, pero el siempre seguía pensándola, casi como un enfermo mental. Veía la respuesta, la analizaba por un largo tiempo, trataba de adivinar que quería decir con la respuesta, ¿estarían funcionando los mensajes? ¿tendría que ser mas cursi? Todo el día, mientras comía, mientras trabajaba, mientras iban en el camión, todo el día pensaba en ella y su mensaje, en ella y en el mensaje que le escribiría en la noche, tal vez un día de estos escriba el mensaje adecuado y ella acepte salir a cenar con él el fin de semana.

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